En Santiago, la oficina de atención al peregrino nos expedirá la compostela (también denominada compostelana)
si hemos recorrido los últimos 100 kilómetros pie o 200 en bicicleta (no debemos olvidar sellar en la localidad de salida).
Las botas. Obviamente, en un viaje a pie, éste es el elemento al que más atención hemos de prestar. Las más adecuada
son las denominadas botas de trekking: ligeras, de caña alta para proteger el tobillo e impermeables al agua.
La revitalización del Camino, ocurrida en los últimos años, ha propiciado la creación de un modelo oficial de credencial para el peregrino.
Impresa en cartulina, consta de 14 páginas que se abren en forma de acordeón.